Javier Agüero Águila / Latitudes fantasmas

Filosofía, Política

En torno a Guerra y democracia. Retrato, stasis, anonimia de Miguel Valderrama.

En el contrasentido de las manecillas del reloj se desatascó
la rueda antes de girar y ni siquiera nosotros pudimos
encontrarnos a la vuelta del vértigo, cuando entramos
en el tiempo […]

Nada es bastante real para un fantasma

E. Lihn, “La pieza oscura”1 

1. El fragmento de este poema de Enrique Lihn nos permite partir.

Primero, y según lo veo, el poema mismo nos desplaza hacia un tiempo lateral; a una historia que es otra historia y que en esa condición de latitud excéntrica, el mundo queda sacudido, desorientado porque las horas se dieron vuelta. Como en Silvia y Bruno de Lewis Carroll, en donde el reloj corre permanente al revés sobre las cabezas de los personajes, dándole a cada segundo la potencia de un acontecimiento porque la temporalidad está loca, precipitada, corrompida. Es aquí donde Lihn entonces nos transporta a un lugar en el que el fantasma no puede quedar satisfecho con lo que ve o con lo vendría a ser aquí la historia, el mundo, Dios, el ente, el ser; se trataría de un fantasma insatisfecho y desconcertado que no puede aprehender “lo que pasa” (ce qui passe, dice Alain Badiou)2, todo le resultaría sintético, alternativo y extraviado a su propia condición de fantasma, capturado en la cesura del mundanal oropel que no es su latitud loca, lo propio de su tímpano espectral. No obstante es desde esta zona extraña, desde esa sensualidad bizarra de cara a lo que puede ser el fantasma, que una cierta experiencia lo habita, siendo tocado por los acontecimientos de la política, de la guerra, de las imágenes, de las representaciones, en fin. Y decide insinuar su propia versión, una que se enajena como escena fantástica y que se implica corrosivamente en la “oficial”, desactivando no la memoria sino lo memorístico; el dossier firmado por la mano institucional. Y aquí la historia, la transparencia de los límites, el holograma que es el lenguaje y sus fronteras conscientes e inconscientes, lo “raro” de la cosa misma, su implosión genealógica; las metábasis de los pliegues en el que deambula activa toda invención o inversión hermenéutica; pliegue del azar a la vez que pliegue geométrico, en tanto y como lo decía Pascal en su correspondencia con Pierre de Fermat, aquí lo que se dinamiza es eso, una “geometría del azar”3; o la traductibilidad de todo en una escena que puede condensar el rostro del mundo, la ficción de su rictus y las pasiones (traiciones) humanas.

Mauro Basaure / Violencia y Democracia. La deuda teórica de Miguel Valderrama

Filosofía, Política

La primera impresión que deja Guerra y Democracia de Miguel Valderrama es la de un texto sólido y original en su planteamiento: desarrolla una reflexión que sitúa la violencia (guerra) en el corazón mismo de la democracia, desplazando la mirada tradicional que concibe ambas como polos opuestos. A lo largo de sus páginas, la noción de stasis opera a la vez como herramienta analítica y como signo de fractura en la democracia liberal, entendida ésta última habitualmente como garante de la paz interna. Con ese concepto, Valderrama revisa la historia, la memoria y la escena política chilena, para mostrar una dimensión bélica latente en la democracia, regular y típicamente escamoteada por la institucionalidad o el lenguaje oficial. En este sentido, la mayor virtud del libro radica en su lectura filológica, en la capacidad de detectar “abismos” o “non sequitur” en la narración histórica y en la representación política, llevándonos a considerar la revuelta —el así llamado “estallido social” de Octubre de 2019 en Chile— no como un evento puntual a explicar sociológicamente cuestión que Valderrama junto a Rodrigo Karmy y Javier Agüero, entiende como una reducción sociologizante sino como algo que revela la imposibilidad de un consenso verdaderamente pacificado.

Conversación de Miguel Valderrama con Rodrigo Zamorano / Stasis, anonimia, retrato

Estética, Filosofía, Política

En su más reciente libro, Guerra y democracia. Retrato, stasis, anonimia (Palinodia, 2025), el historiador chileno Miguel Valderrama se da a la tarea de dibujar los contornos de una escena de escritura crítica y filosófica que, tras la revuelta que se inició en Chile el 18 de octubre de 2019, busca volver a pensar desde la izquierda la relación entre violencia y política más allá de su interdicción por el consenso postdictatorial. Restitución que supone asimismo un cambio de escena, la señal de un desplazamiento, la puesta en juego de una lengua y un vocabulario otros. En el libro, que ha de leerse en serie con Prefacio a la postdictadura (Palinodia, 2018), se dan cita distintas voces y autorías, así como también distintas formas y medios ensayo, fotografía, teatro, documental, en un intento por capturar una “imagen de pensamiento” de interrupción y diferendo de un presente cuya reproducción mecánica no es otra que la del orden neoliberal.

Miguel Ángel Hermosilla / El comunismo como felicidad parpadeante de los nadie

Filosofía, Política

“La stásis y no la polis el conflicto intestino antes que la tranquilidad de la ciudad”. Rodrigo Karmy: Stasiología; guerra, formas-de -vida y capitalismo.

Tal vez, ya no haya nada que leer, sino más bien arrojarse al contagio material de los cuerpos y sus modos de evadir el ejército biopolitico de las formas lingüísticas y la performantividad disciplinante del texto, o habría que inventar otros clinámenes de lectura, un poco más salvajes quizás, que, como pentagramas animados, ritmen la metáfora de la elusión del signo, que el saber de turno pautea para armonizar los sentidos en la direccionalidad única de la conciencia letrada.

Sofía Esther Brito / Reír, arder resistir: notas en torno a Stasiología/Guerra civil, formas-de-vida y capitalismo de Rodrigo Karmy

Filosofía, Política

Reír, arder, resistir. Con estos tres verbos, los ensayos que componen Stasiología/Guerra civil, formas-de-vida y capitalismo, conjugan su gestualidad. Las notas, interrogan en la escritura de Rodrigo Karmy desde un impulso. Las leo como movimiento de pequeñas piedritas a la ventana, quizás desde un patio donde se ve una lámpara encendida; quizás porque se espera que, al otro lado, el castigo no impida salir a jugar. Hay una especie de señal de ‘alerta’ o llamado de atención ante el tradicional léxico de las izquierdas, arraigado en nuestro modo de imaginar. Un pensamiento -como diría el escritor argentino Damián Tabarovsky- que se opone a la idea de transición, a la lógica de la política avanzando por etapas, con puntos de partida y puntos de llegada; [más bien] apela al fantasma en la grieta, en el terremoto, en la tormenta, en el remolino que todo lo cambia de un instante a otro1”.

Hugo Sir / Y la guerra, apenas ha comenzado…. Imaginación y organización, un comentario sobre la indicación de stasiología de Rodrigo Karmy

Filosofía, Política

Este artefacto que Rodrigo nos entrega y que él ha dudado en llamar libro y prefiere llamarlo, por ejemplo, pasquín de lucha, se muestra contra toda expectativa habitado o, quizás, invadido por voces disímiles, momentos de duda, elecciones al calor de ciertos acontecimientos y revisitadas bajo el impulso de otros. Rodrigo, en los tres textos y medio que componen la materialidad del libro, abraza distintas intensidades, se deja llevar por ritmos que lo conducen a afirmar territorios hasta cierto punto contrapuestos. Y qué bueno que así sea. Al igual que en los últimos años en Chile, uno puede viajar desde una frenética o al menos afirmativa perspectiva del momento de las fuerzas políticas “radicales” (como cuando nos dice que las “sublevaciones no son la excepción, sino la regla” – en la cuarta de las 22 tesis sobre la devastación mundial) a la sensación, bastante corporal, de que la clausura y la derrota final se extiende sobre nosotros (como cuando nos enteramos que el “reino de las pasiones tristes se ha consumado, uniéndose al proceso de neofascistización global o, lo que es igual, la ‘americanización’ del mundo”, respecto a la muerte del proceso constitucional chileno en la apostilla 15). Ciertamente, este vaivén afectivo nos embarga no solo al leer, sino al seguir de más o menos cerca los acontecimientos políticos nacionales y globales. Y, sin embargo, entre medio de estas diferencias, desfases, titubeos, ensayos, aparecen unas líneas, unas fuerzas que le dan justamente por ello, un ritmo. Yo agruparía estas fuerzas alrededor de tres campos problemáticos: comunismo, revolución y forma-de-vida. Quisiera abordar brevemente los tres, a partir de lo que stasiología invita a discutir.