Cualesquiera que sean las razones profundas de la decadencia de Occidente, cuya crisis vivimos actualmente en todos los sentidos decisivos, es posible resumir su desenlace extremo en lo que, retomando una imagen icónica de Ivan Illich, podríamos llamar el «teorema del caracol». «Si el caracol», afirma el teorema, «después de haber añadido un cierto número de espirales a su concha, en lugar de detenerse, continuara su crecimiento, una sola espiral más aumentaría 16 veces el peso de su casa y el caracol sería inexorablemente aplastado». Esto es lo que está ocurriendo en la especie que un día se llamó homo sapiens con respecto al desarrollo tecnológico y, en general, a la hipertrofia de los dispositivos jurídicos, científicos e industriales que caracterizan a la sociedad humana.
Fin del mundo
Mauricio Amar / Asombro
Estética, Filosofía, PolíticaEn un increíble libro sobre la poética en el mundo árabe clásico, Lara Harb introduce un concepto estético que no está cartografiado por la distinción entre lo bello o lo sublime. Se trata de lo asombroso. Si lo bello, desde Kant, por supuesto, remite a una experiencia que se produce al apreciar la armonía y proporción en una forma o una obra de arte, y lo sublime, en cambio, a la experiencia de encontrarse frente a la inmensidad y la majestad de algo, como una montaña o un océano; lo asombroso refiere a una experiencia de extrañeza que, sin embargo, nos inunda y mueve el alma. Extraño e inquietante es aquello que proviene de fuera, como una palabra de una lengua que no es la nuestra o una asociación, relación, entre ideas que la disposición de la trama de la comunicación no habría podido predecir. El asombro en la poesía árabe se revela como una posibilidad inscrita en todo discurso, pero especialmente en aquellos que se excluyen de participar de una relación entre lo verdadero y lo falso. En una zona de desactivación de esos dos polos, surge la variación, el desplazamiento originario –un clinamen – de la palabra que nos recuerda constantemente el gesto poético. En el límite de la lengua una inoperosidad acecha a toda fórmula comunicativa. Pero es un límite constitutivo que la comunicación lucha constantemente por clausurar. La poesía no se pone en búsqueda de ese límite, sino que lo manifiesta en la lengua, asombrando.
Tariq Anwar / Las sombras del mundo. Poemas visuales
Arte, PoesíaEn Ficción de la razón presentamos la serie de poemas visuales Las sombras del mundo de Tariq Anwar.
Hai-Dang Phan / Canto para el charlatán orejicastaño
Poesía
Y luego se precipitó al abrazo de las montañas
de la meseta de Kontum, surcando el paso de Lo Xo,
Voló más allá de Măng Đen, mareado entre curvas cerradas,
flotando en la exuberancia a 1.200 m sobre el nivel del mar,
En medio de un mosaico de árboles de hoja perenne de primera, jadeando.
Y allá arriba vimos: estratos de formas esmeralda,
De haya, laurel, magnolia, brezo y mirto.
Bajo un follaje ininterrumpido, en el sotobosque…
De ese bosque húmedo montano superior rico en especies,
Oculto en algún lugar de ese misterio debe estar
nuestro propio zorzal de orejas castañas.
Garrulax konkakinhensis fue nuestro viaje del día…
Giorgio Agamben / La guerra atómica y el fin de la humanidad
Filosofía, PolíticaEn 1958 Karl Jaspers publicó bajo el título La bomba atómica y el futuro de la humanidad un libro en el que pretendía cuestionar radicalmente -como reza el subtítulo- la conciencia política de nuestro tiempo. La bomba atómica», comienza en la introducción, «ha producido una situación absolutamente nueva en la historia de la humanidad, enfrentándola a la alternativa ineludible: «o toda la humanidad será destruida físicamente o el hombre deberá transformar su condición ético-política». Si en el pasado, como en los primeros tiempos de las comunidades cristianas, los hombres se habían hecho «representaciones irreales» de un fin del mundo, hoy, por primera vez en su historia, la humanidad tiene la «posibilidad real» de aniquilarse a sí misma y a toda la vida en la tierra. Esta posibilidad, aunque los hombres no parezcan darse cuenta del todo, sólo puede marcar un nuevo comienzo para la conciencia política e implicar «un punto de inflexión en toda la historia de la humanidad».
Tariq Anwar / Mundo
FilosofíaEl mundo comienza a ser inhabitable. Esto que hoy, en la era en que no podemos menos que sentirnos responsables de la destrucción paulatina del mundo, parece evidente, en realidad representa una contradicción. Aún cuando definamos sus límites como los bordes del lenguaje, mundus es la traducción latina de la palabra griega kosmos, que no sólo representa un orden, sino también lo limpio y cuidado y en su historia filosófica ha sido el lugar por excelencia del todo, independiente del punto de proyección (la mente individual, el entorno, el planeta o el universo). De alguna manera, mundo es lo que no se puede descuidar, porque a través de sus señas, marcas, rastreamos la creación, en la superficie de misteriosa profundidad nombramos las cosas. Mundo es el lugar en que todo paisaje puede aparecer, es decir, donde se da la aparición como tal, incluso de aquello que no podemos nombrar. El inframundo puede ser oscuro, imposible de alcanzar, imperceptible, pero sabemos que el mundo también lo acoge y nos lo entrega en su imperceptibildad.
