Nigredo / Notas preliminares sobre la revolución

Filosofía, Política

«Te decía: la insuficiencia de nuestro lenguaje es la medida de nuestra inercia en relación con las cosas; que no se pueden transformar cuando se ha perdido su sentido. Las conversaciones que he tenido me dan la impresión de que todo esto que encuentro y veo sea el pasado. […] Queda una facultad – la inteligencia – que no debe ser desertada, y un mundo por construir. Ahora, Nu, encontraremos otras palabras que reflejen los actos. Y, mientras tanto, me niego – después de este viaje a pesar de todo feliz – a lamentar esa mezquindad, este luto, que teniendo dimensiones insuperables, nos privaba de nuestras amarguras privadas, y las abolía». Danilo Montaldi París, ida y vuelta.

«La política revolucionaria era un modo quizás ilusorio de mantener la tragicidad de nuestra vida. Otras cosas son diferentes: por ej. las luchas en el lugar de trabajo, la rebelión capilar a los programas a la disciplina de la escuela, también estas son cosas hechas para no seguir adelante cada día del mismo modo y para arrancar algún día a la vida habitual, además de por otros motivos. Pero no es lo mismo, ya se sabe cuándo termina, como estar derrotados de antemano». Luisa Passerini, Diario de una militante.

En el texto siguiente trataré de esbozar algunas líneas de investigación y desarrollar algunas ideas aún embrionarias relativas al tema de la revolución. Estos elementos están principalmente ligados a un interrogante: la idea de «revolución» ¿es enteramente hija de la civilización capitalista en su gramática histórica, en su horizonte y régimen de temporalidad, o es posible un replanteamiento de tal concepto? ¿Se puede pensar la revolución fuera de lo que la ha caracterizado como «principio hegemónico»¹ moderno y por tanto – para usar las palabras de Jacques Camatte – como fuerza que integra² en la dinámica histórica del capital en cuanto totalidad, como «universal» que no deja ya nada (comunidad, área geográfica, esfera de la vida social) fuera de sí? ¿Se puede declinar la revolución fuera del triángulo que la liga a los conceptos de crisis y crítica³, en cuanto aceleradores del «fenómeno capital» y estímulos a su evolución, instancias de negatividad que son absorbidas llevando así al capital a actualizarse, a afirmar su comunidad universalmente y a superar todos los obstáculos que encuentra? Los ciclos revolucionarios que han caracterizado la historia contemporánea, sobre todo donde hayan obtenido victorias momentáneas, no dejarían ilusiones particulares en tal sentido, dado que han terminado por anexar a la modernización capitalista áreas geopolíticas que antes quedaban fuera.

Emiliano Sacchi / Foucault, la experiencia colonial y el racismo. Notas para descolonizar el archivo

Filosofía, Política

Como ha sostenido a Achile Mbembe el descentramiento o la provincialización de Europa abre nuevas posibilidades para el pensamiento crítico. Interrogarse por la potencialidad del pensamiento foucaulteano para dar cuenta de nuestra actualidad, y particularmente desde Latinoamérica, implica partir de este hecho fundamental. En este contexto, caracterizado por el devenir negro del mundo, y a partir de las críticas formuladas por diversos autores de las perspectivas de- y pos-coloniales, se ha abierto la pregunta por el carácter eurocéntrico del pensamiento de Michel Foucault. Así como Nancy Fraser ha señalado la “morada oculta” de Marx y ha extraído de ella una crítica radical del capitalismo, consideramos que es necesario, señalar la “morada oculta” de la genealogía del poder en Foucault. En ese sentido, el artículo interroga la elisión de la experiencia colonial en la arqueo-genealogía del Hombre moderno, en las genealogías de las tecnologías de poder disciplinarias y biopolíticas, cómo en la analítica de la gubernamentalidad neoliberal. Finalmente, el trabajo busca reconocer la potencialidad del pensamiento foucaultiano y señalar, al mismo tiempo, la necesidad de descolonizar su archivo.

Nadine Sayegh / Cómo Israel utiliza el biopoder y la necropolítica para controlar los cuerpos palestinos

Filosofía, Política

La violencia contra los palestinos es una experiencia constante desde hace más de 70 años, pero el gobierno israelí ejerce un tipo particular de violencia contra ellos.

Biopoder es lo que el filósofo francés Michael Foucault utilizó para describir el modo en que «el Estado» controla la vida de sus ciudadanos a través de diferentes instituciones, como hospitales (centros psiquiátricos), prisiones, burocracia, control de fronteras/identidad y otros mecanismos.

De este modo, el Estado se hace con el control efectivo del cuerpo vivo mediante una combinación de fuerte vigilancia y regulación que puede dictar dónde, cuándo y cómo una persona utiliza su ser.

Rodrigo Karmy Bolton / SHUHADA SADAQAT. Sinead O´Connor y la gestualidad del testimonio

Filosofía, Música, Política

En su clase del 29 de febrero de 1984, después de haber planteado el problema del modo en que la parrhesía –el riesgoso “decir veraz”- podía expresarse en un sentido aletúrgico a la luz del cínico, Michel Foucault ofrece un pequeño pasaje que, me parece, resulta clave para lo que nos proponemos: “La expresión mártyron tes alethéias (ser el testigo de la verdad) es tardía, pero creo que podemos recurrir a ella para caracterizar, en el fondo, lo que fue el cinismo en la Antigüedad y sin duda lo que será esa especie de cinismo que se puede encontrar a lo largo de la historia de Occidente a través de diferentes perfiles. Mártir de la verdad, entendido en el sentido de “testigo de la verdad”: testimonio dado, manifestado, autentificado por una existencia, una forma de vida en el sentido más concreto y material del término, testimonio de verdad dado por y en el cuerpo, el vestido, el modo de comportarse, la manera de actuar, de reaccionar, de conducirse.”1 Posiblemente este pasaje sea uno de los pocos donde Foucault se refiere a la figura del mártir. Desde su lectura, éste se inscribe al interior de la línea abierta por el cinismo cuya característica más decisiva habría sido la de situar la cuestión de la verdad no en el “decir veraz” de la parrhesía como en el “cuerpo” donde ésta aparece “dado por y en el cuerpo”.

Judith Revel / El nacimiento literario de la biopolítica

Filosofía, Política

Resulta bastante paradójico querer anclar el concepto foucaultiano de biopolítica –que aparece, como sabemos, relativamente tarde en Foucault, hacia la segunda mitad de los años 70– en el corazón de los escritos “literarios” y lingüísticos de la década anterior; o, a la inversa, hacer del interés por el lenguaje, el habla y la escritura –que caracterizó en gran parte los trabajos de Foucault en los años 60– el verdadero caldo de cultivo de lo que emergería diez años más tarde, en medio de una formidable analítica de los poderes, como una nueva problematización de las relaciones entre la subjetividad, el poder y las prácticas de libertad. Paradójico, porque supone enfrentar dos dificultades reales: por un lado, desafiar la división tradicional que en general se somete a la obra de Foucault y que separa claramente los períodos y sus temas de investigación, para intentar, por el contrario, resaltar la figura difícil de una interrogación compleja pero coherente hasta en sus aparentes discontinuidades –en resumen, ligar lo “literario” a lo “político”–; por otro, salvar también a Foucault de una fácil reducción al “viento de época” filosófico, que pretende que, independientemente de sus pertenencias disciplinares, todos los pensadores franceses se involucraron, en mayor o menor medida, con el problema del lenguaje en los años 60 y el del poder en los 70.

Catherine Malabou / ¿Qué placer hay en pensar hoy?

Filosofía, Política

He estado pensando mucho en esta cuestión, y me ha dado algunos problemas. Algo como el placer de pensar nunca ha sido realmente articulado o elaborado en filosofía. La paradoja -normalmente no me gustan las inversiones sistemáticas- es que el placer de pensar en filosofía se convierte inmediatamente en placer de pensar filosóficamente. Cuando Kant habla del placer que podemos obtener al mirar un objeto bello, por ejemplo, transforma inmediatamente la pregunta en «¿Qué es el placer?» en general. Sus respuestas dan paso a un análisis sistemático del placer. A veces se pueden encontrar definiciones filosóficas del placer intelectual, como éxtasis o experiencias místicas. Sin embargo, algo así como el equivalente de un placer corporal para la mente está bastante ausente del análisis filosófico. Entonces tenemos que encontrar una salida a esta doble trampa del placer pensante, por un lado, o del éxtasis total que nos hace desaparecer en el océano de la contemplación, por otro. En cuanto al goce -éxtasis, deleite, especialmente sexual- es extremo. El goce no es placer porque destruye su objeto. En realidad, el goce destruye el placer. Vemos entonces que el placer en filosofía es extremadamente difícil de aprehender.