a Rodrigo Karmy.
Qué decir sobre los arabescos mediáticos de José Antonio Kast en los últimos días. Hay muchas cosas que decir. Por de pronto el líder del Partido Republicano ha sido mordaz en restituir el agotado “principio de autoridad” que ha envilecido a instituciones, elites y la casta política en general. Mediante un rudo expediente que entremezcla el flagelo de la plebe, y los padecimientos de los menesterosos, la operatoria se funda en administrar el terror del “porvenir proleta”. Y así, el miedo se centra en sostener que la ausencia de horizonte para los pobres es que “los otros sí gozan de un futuro posible”. El origen de la tragedia fue “Paz Ciudadana” (“años 90”) con ese clamor por territorializar los afectos del terror como un dispositivo prevalente, capaz de auscultar diversos dominios de afecciones bajo la modernización.