Federico Ferrari / Ciega esperanza

Estética, Filosofía, Política

La iconolatría contemporánea impregna cada sector de la vida. El mundo es permanentemente observado, escrutado, espiado y transformado en imagen. Tenemos imágenes de cada cosa, de cada aspecto de la existencia, de cada individuo singular. Podemos ver imágenes de los miembros de una tribu amazónica que nunca ha entrado en contacto con la civilización (imágenes obtenidas con una «cámara trampa»). Podemos desplazarnos en nuestras pantallas por fotografías tomadas por robots en los planetas más remotos. Y, además, podemos observar imágenes satelitales de las masacres perpetradas en cada rincón del planeta. Nos hemos convertido en el ojo de Dios. Cada uno de nosotros se ha convertido en ese ojo.

La técnica contemporánea es, de hecho, la realización del sueño religioso monoteísta. Encarna la pretensión de controlar el mundo mediante una mirada de sobrevuelo. Pero esta mirada desde lo alto, más aún, desde el punto de vista del Altísimo, choca, exactamente como chocan con ella todas las religiones testamentarias, con la constatación de una impotencia profunda, con una imposibilidad de intervención sobre el conjunto del mundo, sobre la humanidad en su totalidad. Una vez vista toda la injusticia de lo creado surge, de hecho, solo la imposibilidad de ponerle remedio. Esta es la realidad histórica de todos los monoteísmos: la reiterada traición de la promesa de redención.

Abdennur Prado / El pensar como servicio

Filosofía

Pensar es servir. Martin Heidegger

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Pensar no es una facultad humana, igual que llover no es una facultad ni de las nubes ni de los lugares donde cae. Cuando decimos «llueve» a nadie se le ocurre preguntar «¿quién llueve?». Llueve la lluvia, sin más: es un fenómeno natural. Pero cuando decimos «piensa», nos parece extraño decir que «piensa el pensamiento». Se concibe el pensar como una actividad humana, asociada a una facultad que poseemos en tanto que sujetos que pueden decidir si activar o no dicha facultad. Pero basta poner un poco de atención para darse cuenta de que en realidad el pensar no es algo que hacemos sino algo que padecemos: (nos) sucede. Es más: si nos proponemos pensar no logramos hacerlo; lo que podemos hacer, en cambio, es analizar y/o razonar.

La sensación es que los pensamientos son algo que tienen lugar en nuestro cerebro, lo cual lleva a la ilusión de que este es el órgano que los produce. Pero el individuo no piensa: es el propio pensamiento quien lo hace. Ante el pensamiento somos tan pasivos como puedan serlo las nubes donde el agua se condensa. El intelecto del individuo no puede hacer más que acoger y limitar. Lo que hace no es pensar sino ponerle formas, encajarlo en unas palabras, estructuras e imágenes mediante las cuales trata de captar eso que sucede: el pensamiento mismo. Pero este generalmente se le escapa y pasa, sin dejar más que vagas impresiones.

Constanza Thümler / Aquello que no se puede callar. Un comentario a Artefactualidad de las imágenes de Alejandra Castillo

Estética, Filosofía, Política

Quisiera agradecer la invitación a comentar el texto “Artefactualidad de las imágenes” de Alejandra Castillo. Un texto que nos habla del poder transformador de las imágenes, invocando una exigencia, tomar posición. Desde mi lugar como directora y actriz, reconozco en el teatro el carácter acontecimental y severo en torno a las imágenes. Lo que hacemos en el teatro es pasar al acto en imágenes. Se trataría, diría la profesora Francesca Lombardo, de destapar la escena1. Nuestro ejercicio en el teatro es revelar la escena que no se alcanza a nombrar, y sin embargo, en una doble latencia, se curva contra nosotros y nos arroja aquello que no se puede callar. No aquello que nos pertenece, sino a lo que pertenecemos y excede nuestra comprensión.

Federico Ferrari / Esperanza ciega

Estética, Filosofía

La iconolatría contemporánea pervade todos los sectores de la vida. El mundo es permanentemente observado, escrutado, espiado y transformado en imagen. Tenemos imágenes de cada cosa, de cada aspecto de la existencia, de cada individuo singular. Podemos ver imágenes de los miembros de una tribu amazónica que nunca ha entrado en contacto con la civilización (imágenes obtenidas con una «cámara trampa»). Podemos deslizar por nuestras pantallas fotografías tomadas por robots en los planetas más remotos. Y, además, podemos observar imágenes satelitales de las masacres perpetradas en cada rincón del planeta. Nos hemos convertido en el ojo de Dios. Cada uno de nosotros se ha convertido en ese ojo.

Fabián Ludueña / La imagen transtemporal. La “ciencia sin nombre” de Aby Warburg

Arte, Estética, Filosofía

Este artículo intenta adentrarse en la teoría de las imágenes de Aby Warburg por medio de la consideración, preeminentemente, de su último proyecto, el Atlas Mnemosyne. Por un lado, proponemos un análisis de la concepción warburguiana de la estética y sus implicaciones para una flosofía de la vida sensible. Por otro lado, intentamos captar el signifcado de la concepción de Warburg acerca de las imágenes para explorar la hipótesis de que su así denominada “ciencia sin nombre” era, de hecho, una forma sofsticada de antropología post-metafísica concebida para explicar el tiempo y la historicidad por medio de la noción de Pathosformel como vehículo de imágenes emotivas. Finalmente, esbozamos una posible comparación entre la teoría de Warburg y una espectrología de las imágenes.