Esta (nuestra) época apropió un discurso acerca de la felicidad, el estar-bien-por-sobre-cualquier-cosa que probablemente trastoca nuestra más íntima capacidad de sufrir, y con ello, de sanar. Como si fuésemos dos polos de una misma dimensión, o dos caras de una moneda, o la luz y la sombra de un objeto, se volvió primordial evidenciar, dejar registro tangible, de aquello que solamente alumbra artificiosamente nuestros sentidos. Y quizás ni siquiera eso: de la capa más superficial de nuestros sentidos, esa capa donde todo entra ligera y rápidamente en la comprensión de los sujetos. La dificultad, la complejidad y la perplejidad no tiene admisión, son totalmente expatriados de aquella nacionalidad mainstream que es la felicidad/facilidad vacía. ¿En qué momento, dentro de aquella estética cotidiana del día a día, condenamos al exilio a aquel dolor que sin duda nos permite constituirnos como ser humano?
felicidad
Giorgio Agamben / Lo lícito, lo obligatorio y lo prohibido
Filosofía, PolíticaSegún los juristas árabes, las acciones humanas se dividen en cinco categorías, que enumeran de la siguiente manera: obligatorias, loables, lícitas, reprobables y prohibidas. A lo obligatorio se opone lo prohibido, a lo que es loable lo que es reprobable. Pero la categoría más importante es la que se sitúa en el centro y constituye, por así decirlo, el eje de la balanza que pesa las acciones humanas y mide su responsabilidad (la responsabilidad se llama “peso” en el lenguaje jurídico árabe). Si loable es aquello cuya realización se premia y cuya omisión no se prohíbe, y censurable es aquello cuya omisión se premia y cuya realización no se prohíbe, lo lícito es aquello sobre lo que la ley sólo puede guardar silencio y, por tanto, no es ni obligatorio ni prohibido, ni loable ni censurable. Corresponde al estado paradisíaco, en el que las acciones humanas no producen ninguna responsabilidad, no son en absoluto “pesadas” por la ley. Pero -y este es el punto decisivo- según los juristas árabes, es bueno que este ámbito del que la ley no puede ocuparse de ninguna manera sea lo más amplio posible, porque la justicia de una ciudad se mide precisamente por el espacio que deja libre de normas y sanciones, premios y censuras.
Alexánder Hincapié-García y Bibiana Escobar-García / La felicidad o el fin olvidado de la política moderna
Filosofía, PolíticaEste artículo se deriva de la investigación finalizada: Los cuerpos de la excepción. El objetivo principal consiste en examinar las condiciones de posibilidad creadas por la política moderna del Estado, para que hombres y mujeres puedan crear una vida buena. La perspectiva teórico-metodológica se retoma de la filosofía de Walter Benjamin, Michel Foucault y Giorgio Agamben. El procedimiento metodológico es el montaje (Benjamin, 2013 y 2015). Por esto se entiende el trabajo de relacionar perspectivas para producir un tipo de interpretación crítica respecto al presente. El montaje se organiza en dos momentos: uno destructivo y otro constructivo. Dentro de las conclusiones se puede adelantar lo siguiente: la felicidad es un fin humano olvidado, confirmándose que el sufrimiento se ha convertido en un desecho mudo para la política; algo por lo que no responde.
Gerardo Muñoz / Lazzaro felice: forma de vida contra la metrópoli
Cine, Filosofía, PolíticaEl film Lazzaro felice (2018, dir. Alice Rohrwacher) se estrenó hace algunos meses en el corazón de Manhattan: un evento un tanto raro, puesto que en los últimos años tal vez no se haya realizado un material tan crítico de lo que pudiéramos llamar la metropolización de Occidente. El disciplinamiento académico podría neutralizar su potencia, domesticándola a una mera continuación del gran cine italiano (Pasolini, Rossellini, De Sica, etc.) entregada a los albures de la “realia“. Pero la transmisión de la tradición jamás tuvo que ver con la reproducción de estilos. En las tesis que siguen propongo una lectura distinta. Esta lectura busca una salida del aparato cinematográfico. Si Lazzaro felice vale para algo es como documento que expone lo que un gran pensador de nuestro tiempo ha llamado “un comunismo più forte dalla metropoli”.