Todo el mundo recuerda la anécdota, relatada por Sócrates en el Teeteto, de la sirvienta tracia, «ingeniosa y graciosa», que se ríe al observar a Tales que, manteniendo la mirada fija en el cielo y las estrellas, no ve lo que hay bajo sus pies y cae en un pozo. En una nota en el Quaderno genovese, Montale reivindica en cierto modo el gesto del filósofo, escribiendo: «Aquel que arrastra los pies en el barro y los ojos en las estrellas; ése es el único héroe, ése es el sol viviente«. Que el poeta de 21 años resuma y anticipe en esta nota lo esencial de su futura poética no ha pasado desapercibido a los críticos; pero igualmente importante es que esta poética, como toda verdadera poética, implica, por así decirlo, una teología, aunque negativa, que un estudioso cuidadoso ha resumido drásticamente en la fórmula «teología de la miga» («Sólo lo divino es total en el sorbo y la miga» – se lee en Rebecca «Sólo la muerte la vence si pide la porción entera»).
Mes: enero 2024
Seis poemas de La hierba blanca (1959) de Giorgio Cesarano
PoesíaIntroducción y traducción de Gerardo Muñoz
(Nota introductoria). Publicado en Milán en 1959 por la editorial Schwarz Editore, L’erba bianca (1959) anuncia el despegue de la escritura de Giorgio Cesarano (1928-1975), poeta, traductor, mítica figura de la critica radicale a la altura del setenta italiano, y defensor de una insurrección erótica para emancipar a la especie de las formas de domesticación y automatismos de la fase más vengativa de la dialéctica civilizatoria. Los poemas de L’erba bianca (1959) registran un mundo en desavenencia. Recuerdo un intercambio de hace una década con Ricardo Piglia sobre un tema que le apasionaba – los “primeros libros” de autores – que para él guardaban algo así como el rumor de un balbuceo iniciático y la descarga de un “destino heredado” que permanecerá ajeno al escritor hasta el momento en que abandona la escritura. El misterio de la llamarada incandescente de la poética de Giorgio Cesarano gravita alrededor de una palabra de intensidad hiperbólica; un duelo a muerte entre palabra y existencia de camino a la lengua. Lo que arde en Cesarano, para adecuar mi analítica a una precisa tropología, no es la puesta de la palabra al servicio de una transformación del mundo, sino más bien el recogimiento de la lengua, ella también herida, en la imposibilidad de suturar la presencia en un mundo objetivado [1]. La poesía habita en una estela paradojal: cruzar esa quimera implicaría abonar la irradiación de lo ficticio del régimen cibernético (metástasis en la economía general de las mediaciones sociales); en cambio, ser un sonámbulo supondría someterse a la autorepresión de “los más crueles sicarios del nihilismo que te arranca de ti, para introducirse, como una cabeza de ganado, en el vagón de la carencia programada” [2].
Carlos del Valle R. y Mauro Salazar J. / Genealogía de un laissez faire Oligarquizante
Filosofía, Política“La tradición no es una cosa que se recibe, sino que se gana con esfuerzo; encierra el sentimiento de la historia, es un sentimiento de la historia en el que se unen el tiempo y aquello que trasciende al tiempo, y es lo que hace que el hombre [sea] tradicional” TS Eliot, 1919.
Luego del orden fáctico implementado bajo la “modernización pinochetista”, el conservadurismo de la vieja república -1938/1973- no puede ser imputado desde un continuum con las premisas que inspiraron el programa encabezado por los Chicagos Boys (1976). No existe una relación evidente entre pensamiento conservador y partidos de derechas. De otro modo, abundan mixturas e indicios de conservadurismo libidinal, centrista o de izquierdas. También existe revolución conservadora.
Fabián Rojas Pineda / Benjamin y Fanon: de la violencia opresora a la violencia transformadora
Filosofía, PolíticaEl presente artículo tiene como objetivo reflexionar a partir de las principales ideas filosóficas de Walter Benjamin y Frantz Fanon sobre el problema de la violencia política para luego mostrar las diferencias y posibles relaciones en los planteamientos de los autores. En un primer momento se mostrarán las denuncias hechas por los dos autores al sistema político moderno en cuanto a que la apariencia pacífica de las relaciones sociales se fundamenta en relaciones mediadas por la violencia. Luego, se analizarán los principales planteamientos acerca de la violencia divina y de la violencia revolucionaria o contraviolencia en cada uno de los filósofos. Por último, se aportarán algunas conclusiones que contrasten las propuestas de este diálogo y permitan trazarlímites y posibilidades en la lucha política que cada autor en su particularidad está presentando.
Giorgio Agamben / Teatro y política
Filosofía, PolíticaEs al menos singular que no nos cuestionemos el hecho, no menos inesperado que inquietante, de que el papel de líder político sea cada vez más a menudo asumido por actores: es el caso de Zelensky en Ucrania, pero lo mismo ocurrió en Italia con Grillo (eminencia gris del Movimiento 5 estrellas) e incluso antes en los Estados Unidos con Reagan. Es ciertamente posible ver en este fenómeno una prueba del declive de la figura del político profesional y de la creciente influencia de los medios de comunicación y la propaganda en todos los aspectos de la vida social; pero es evidente en cualquier caso que lo que está ocurriendo implica una transformación de la relación entre política y verdad sobre la que hay que reflexionar. Que la política tuviera que ver con la mentira es, de hecho, obvio; pero esto simplemente significaba que el político, para alcanzar objetivos que consideraba desde su punto de vista verdaderos, podía sin demasiados escrúpulos decir lo falso.
Mauro Salazar J. / El Silencio, un residuo ético de la comunicación
Filosofía, Políticaa Rodrigo Karmy, quién nos conminó a pensar la revuelta del pensamiento, sin el demiurgo de los indicadores.
Una de la materias que la ensayista Manuela de Barros (París 8) ha interrogado en catálogos y textos críticos es el silencio. En la era del Antropoceno se trata de una noción mucho más expansiva y fructífera que su reducción a la ausencia de sonido. Como teórica de las artes, ha descifrado su polisemia -desmasificando sus usos- que van desde un monasterio en contraste con el bullicioso urbano o los efectos vitriólicos de la industria del espectáculo. “Trotsky gritó después de un discurso vitriólico: ‘¡Matemos a los burgueses!’.
