Mauro Salazar J. / Bandoneón. La máquina mitológica ¿Entre el lenguaje y la presencia?

Estética, Filosofía, Política

¿Qué opino de mí mismo? Que soy un sujeto inquieto y angustiado -atribulado- y fui expulsado de mi casa por mi padre a los 16 años y tuve que ganarme la vida en los diferentes oficios. En una librería, como aprendiz de hojalatero, pintor y mecánico, corredor de papel, empleado de una fábrica de ladrillos y en el puerto durante 8 años. Soy el mejor escritor de mi generación y el más maldito”. R. Arlt. Extractos, 1929.


Qué necesidad tenía Roberto Arlt, el ‘atorrante’ de la Calle Piedad, de emplazar el canon literario y nombrar obsesivamente a los transeúntes del 900′ con «mal de hipérbole». Cómo explicar su infinita pulsión por fracturar los sustantivos y atormentar el realismo. La prosa (prosaica) era el destino manifiesto para religar imágenes y «ética de la mundanidad». El límite de la novela -psicoanálisis del periurbano- atribuyó sentidos a una babélica inmigración agravada por dialectos y excedida en préstamos sinonímicos, que alteraban toda «identidad narrativa». El aventurero, cronista del Diario, El Mundo, cultivó una letra salvaje, ante un exceso de nomadismos, barbarismos, lenguas cultas y populares, para calcar una sobreabundancia de polifonía y collage. Al final un dolor encarnado, cuya pregnancia, mezclaba vitalismos y distopías (Bandoneón) que anunciaban un “Ser ahí, estar en el mundo”.

Aldo Bombardiere Castro / Divagaciones: delirios y desgarros

Estética, Filosofía

Cuando los rostros extraños se vuelven, además de extraños, entrañables, y sin perder ni un solo espasmo de las tempestades que suscitan, extienden sus brazos en señal de hechicera acogida, entonces la inminencia de la decisión es la que llama a nuestra puerta: abrirla representa un riesgo; mantenerla cerrada, también. Lo único que podemos hacer es respirar -tal vez por última ocasión-, sintiendo la desnudez de una experiencia a un paso de regalarnos, con pudor, su impúdico secreto.

Mauro Salazar J. / Comunismo e imaginación. Escena emancipatoria

Estética, Filosofía, Política

Los libros de filosofía y las obras de arte contienen también su cantidad inimaginable de sufrimiento que presentifica la constitución de un pueblo. Tienen en común la resistencia a la muerte, a la servidumbre, a lo intolerable, a la vergüenza, al presente. Felix Guattari y Gilles Deleuze-1991



Apostilla. “Los obreros no tienen ninguna utopía lista para implantarla par décret du peuple”-dice Marx en La guerra civil en Francia-.Utopía es un término ético-político que solo puede invocar una dimensión fundamental, que abunda y exalta “lo imaginal” por cuanto carece de topografía y se resiste a las descripciones totalizantes. El comunismo -elusivo y espectral- parece ser un acontecimiento que no ha sido superado por la prevalencia nihilista. La hipótesis comunista es la hipótesis de la emancipación -dice Badiou. Con todo, la imaginación utópica tiene lugar en el mundo, en un anclaje que será siempre una “capa de lo real”. Y una amenaza donde el acceso lo universal es una latencia de la imposibilidad. El intelectual de Tréveris leyó las condiciones reales e inmateriales respecto a sus propios contextos de producción. Ya sabemos la toma de distancia con el utopismo francés. Hemos padecido décadas de asedió por curadores –los lacayos de la pluma-  y fóbicos de occidente que nos hablan de un arkhe, de una tierra firme donde el significante -comunismo igualitario- se debe vincular a regímenes despóticos. Era la URSS, la cadena del eslabón más débil, las infamias de los socialismos reales, luego la Sierra Maestra y una mezcla de guerrillas que borraría la potencia de los singulares en una comunidad. Con todo, tales experiencias no pueden ser obliteradas lisa y llanamente.

Sofía Esther Brito / Reír, arder resistir: notas en torno a Stasiología/Guerra civil, formas-de-vida y capitalismo de Rodrigo Karmy

Filosofía, Política

Reír, arder, resistir. Con estos tres verbos, los ensayos que componen Stasiología/Guerra civil, formas-de-vida y capitalismo, conjugan su gestualidad. Las notas, interrogan en la escritura de Rodrigo Karmy desde un impulso. Las leo como movimiento de pequeñas piedritas a la ventana, quizás desde un patio donde se ve una lámpara encendida; quizás porque se espera que, al otro lado, el castigo no impida salir a jugar. Hay una especie de señal de ‘alerta’ o llamado de atención ante el tradicional léxico de las izquierdas, arraigado en nuestro modo de imaginar. Un pensamiento -como diría el escritor argentino Damián Tabarovsky- que se opone a la idea de transición, a la lógica de la política avanzando por etapas, con puntos de partida y puntos de llegada; [más bien] apela al fantasma en la grieta, en el terremoto, en la tormenta, en el remolino que todo lo cambia de un instante a otro1”.

Jana Irmert / Time Piece

Música, Sonido

Viernes de sonidos. En Ficción de la razón presentamos la pieza Time Piece de la Compositora y artista sonora alemana Jana Irmert. El agua, los entornos acuáticos aparecen aquí para fluir en capas sonoras entremezcladas con la composición musical. Es el océano como objeto sonoro que nos permite abrir nuevos mundos, reimaginados, precisamente cuando no sólo hemos dejado de escuchar, sino que por todos los medios intentamos borrar sus sonidos con la muerte de sus habitantes. Con esta pieza abrimos la urgencia de escuchar.

Hugo Sir / Y la guerra, apenas ha comenzado…. Imaginación y organización, un comentario sobre la indicación de stasiología de Rodrigo Karmy

Filosofía, Política

Este artefacto que Rodrigo nos entrega y que él ha dudado en llamar libro y prefiere llamarlo, por ejemplo, pasquín de lucha, se muestra contra toda expectativa habitado o, quizás, invadido por voces disímiles, momentos de duda, elecciones al calor de ciertos acontecimientos y revisitadas bajo el impulso de otros. Rodrigo, en los tres textos y medio que componen la materialidad del libro, abraza distintas intensidades, se deja llevar por ritmos que lo conducen a afirmar territorios hasta cierto punto contrapuestos. Y qué bueno que así sea. Al igual que en los últimos años en Chile, uno puede viajar desde una frenética o al menos afirmativa perspectiva del momento de las fuerzas políticas “radicales” (como cuando nos dice que las “sublevaciones no son la excepción, sino la regla” – en la cuarta de las 22 tesis sobre la devastación mundial) a la sensación, bastante corporal, de que la clausura y la derrota final se extiende sobre nosotros (como cuando nos enteramos que el “reino de las pasiones tristes se ha consumado, uniéndose al proceso de neofascistización global o, lo que es igual, la ‘americanización’ del mundo”, respecto a la muerte del proceso constitucional chileno en la apostilla 15). Ciertamente, este vaivén afectivo nos embarga no solo al leer, sino al seguir de más o menos cerca los acontecimientos políticos nacionales y globales. Y, sin embargo, entre medio de estas diferencias, desfases, titubeos, ensayos, aparecen unas líneas, unas fuerzas que le dan justamente por ello, un ritmo. Yo agruparía estas fuerzas alrededor de tres campos problemáticos: comunismo, revolución y forma-de-vida. Quisiera abordar brevemente los tres, a partir de lo que stasiología invita a discutir.