Abdennur Prado / La ilustración. Una visión decolonial

Filosofía, Política

Nada me desengaña, el mundo me ha hechizado. Francisco de Quevedo

No entraremos a debatir sobre el sentido de la palabra «ilustración» –que, en castellano, por razones históricas, tiene un sentido vago. Por Ilustración entendemos el conocimiento teorético –con pretensiones de objetividad– al cual el entendimiento humano puede llegar por el ejercicio metódico y crítico de la razón, y el proyecto político de la educación del género humano a partir de ese conocimiento.

El ilustrado aspira a ponerlo todo bajo la luz de la razón, de modo que ninguna faceta de la existencia humana permanezca en la oscuridad. Exoterismo extremo que busca exponerlo todo –descubrirlo, mostrarlo, ilustrarlo, desvelarlo–, alcanzando al fin un conocimiento que llegue al dominio total de la naturaleza e ilumine intelectualmente al hombre, de forma que devenga verdaderamente humano, mediante el desarrollo ilimitado de sus capacidades.

Dionisio Espejo Paredes / El sujeto (islamo) fóbico: el miedo como mercancía

Filosofía, Política

0. Introducción

Este artículo analiza el shock como categoría fundamental de la modernidad tardía, examinando su función como estructura de dominación, experiencia emocional y forma mercantilizada en las sociedades contemporáneas. Partiendo del marco teórico de la doctrina del shock (Klein) y su genealogía en la teoría crítica (Benjamin, Adorno, Horkheimer), se argumenta que el poder ha perfeccionado un régimen de shock permanente que, mediante crisis, impactos mediáticos y catástrofes espectacularizadas, anula la capacidad crítica, suplanta la racionalidad por respuestas emocionales y transforma el trauma en un bien de consumo.

La investigación demuestra cómo este mecanismo no se limita a la esfera política, sino que constituye una tecnología de gestión afectiva que opera mediante la administración del miedo y el deseo. Como caso paradigmático, se analiza la islamofobia en Europa, revelando su función como instrumento de biopolítica que legitima medidas autoritarias y estructura identidades colectivas a través del rechazo al diferente.

Giorgio Agamben / Los últimos días de la humanidad

Filosofía, Política

A partir de octubre de 1915, tras la noticia del estallido de la gran guerra, Karl Kraus comenzó a escribir «para un teatro de Marte» el drama Los últimos días de la humanidad, que no quiso que se representara, porque «los asistentes a los teatros de este mundo no habrían soportado el espectáculo». El drama –o más bien, como se lee en el subtítulo, «la tragedia en cinco actos»– era «sangre de su sangre y sustancia de la sustancia de aquellos años irreales, inconcebibles, inalcanzables para cualquier intelecto vigilante, inaccesibles a cualquier recuerdo y conservados solo en un sueño sangriento, de aquellos años en los que personajes de opereta interpretaron la tragedia de la humanidad». Y en el Weltgericht publicado después del fin de la guerra, hablará de su «gran época», que había conocido «cuando era tan pequeña y que volverá a ser pequeña, si aún le queda tiempo», como de una época «en la que ocurre lo que no se podía imaginar y en la que deberá ocurrir lo que ya no se puede imaginar y que, si pudiera imaginarse, no sucedería».

Dionisio Espejo / Requiem. I. Introitus palestino

Filosofía, Política

1. Hace años, en el barrio murciano de Santa María de Gracia, compartí apartamento durante algunos meses con un estudiante palestino de medicina, y otro sirio. La experiencia cotidiana de aquella convivencia estuvo marcada por una rutina inquietante: las visitas regulares de la policía para verificar su documentación. La naturalidad con la que esa práctica se repetía mostraba ya, en un contexto aparentemente periférico como el de Murcia, la fragilidad con la que se construye la vida palestina en el exilio: siempre bajo sospecha, siempre expuesta a un control que no busca proteger sino recordar una condición de extranjería permanente, de sospecha sobre su actividad.

Poco después partí hacia Alemania para iniciar mis estudios de doctorado, donde me encontré con un debate ya abierto acerca de la integración turca en las ciudades alemanas, y el vértigo que les causaba la caída del muro de Berlin y la nueva reunificación inminente. La integración se tornaba problemática. En mis regresos posteriores a Murcia nunca volví a encontrar a mis antiguos compañeros de apartamento. La memoria de aquel palestino se transformó, con los años, y en relación con una praxis generalizada, en una figura emblemática: no ya un individuo concreto, sino el símbolo de una vida sometida a vigilancia constante, marcada por la precariedad y la desposesión.

Giorgio Agamben / Moneda y memoria

Filosofía, Política

Moneta, el término latino del que deriva el nuestro, proviene de moneo, «recordar, pensar», y era originalmente la traducción del griego Mnemosyne, que significa «memoria». Moneta se convirtió así en Roma en el nombre del templo en el que se celebraba a la diosa de la memoria y se acuñaba la moneda. Es a partir de este nexo etimológico entre la moneda y la memoria que deberíamos considerar el resurgimiento actual de los debates sobre la abolición de la moneda única europea y la recuperación por parte de cada país de su moneda tradicional. Bajo la urgente cuestión «monetaria» se esconde una cuestión no menos urgente de memoria, es decir, nada menos que el redescubrimiento de la memoria propia de cada uno de los países europeos que, al renunciar a la soberanía sobre su moneda, han abdicado sin darse cuenta, en cierto modo, también de su patrimonio de recuerdos. Si la moneda es ante todo el lugar de la memoria, si en la moneda, en cuanto que puede pagar todo y sustituir todo, está en juego para el individuo y para la colectividad el recuerdo del pasado y de los muertos, no es de extrañar entonces que en la ruptura de la relación entre pasado y presente que define nuestro tiempo surja con ineludible urgencia el problema monetario. Cuando un ilustre economista declara que la única forma que tiene Francia (como quizás cualquier país europeo) de salir de su crisis es recuperar la autoridad sobre su moneda, en realidad está sugiriendo a ese país que recupere la relación con su propia memoria. La crisis de la comunidad europea y de su moneda, que ya está a las puertas, es una crisis de la memoria, y la memoria —no hay que olvidarlo— es para cada país un lugar eminentemente político. No hay política sin memoria, pero la memoria europea es tan inconsistente como su moneda única.

Ilan Pappé / Sobre el «pánico moral» y el coraje de hablar. El silencio occidental sobre Gaza

Política

Las respuestas en el mundo occidental a la situación en la Franja de Gaza y Cisjordania plantean una pregunta inquietante: ¿por qué el Occidente oficial, y Europa Occidental oficial en particular, es tan indiferente al sufrimiento de los palestinos?

¿Por qué el Partido Demócrata en los Estados Unidos es cómplice, directa e indirectamente, en sostener la inhumanidad diaria en Palestina—una complicidad tan visible que probablemente fue una de las razones por las que perdieron las elecciones, ya que el voto árabe-estadounidense y progresista en estados clave no pudo, y justificadamente, perdonar a la administración Biden por su papel en el genocidio en la Franja de Gaza?

Esta es una pregunta pertinente, dado que estamos tratando con un genocidio televisado que ahora se ha renovado sobre el terreno. Es diferente de períodos anteriores en los que se mostró la indiferencia y complicidad occidental, ya sea durante la Nakba o los largos años de ocupación desde 1967.