Giorgio Agamben / Elogio de un escritor

Filosofía, Literatura

El 30 de mayo de 1939 fue enterrado en el cementerio de Thiais, en París, un hombre cuyo funeral había sido bendecido por un sacerdote católico, aunque nunca había sido bautizado. Era judío, pero sus amigos judíos renunciaron a recitar el Kaddish. Probablemente había muerto de delirium tremens, pero los médicos diagnosticaron un síncope. Era ciudadano de la república austriaca, pero se declaró súbdito de los Habsburgo.

Giorgio Agamben / Las dos caras del poder 4: anarquía y política

Filosofía, Política

Fue un constitucionalista alemán de finales del siglo XIX, Max von Seydel, quien planteó la pregunta que hoy suena ineludible: “¿qué queda del reino si le quitas el gobierno”? En efecto, ha llegado el momento de preguntarse si la fractura de la máquina política de Occidente ha alcanzado un umbral a partir del cual ya no puede funcionar. Ya en el siglo XX, el fascismo y el nazismo habían respondido a esta pregunta a su manera mediante el establecimiento de lo que con razón se ha llamado un “Estado dual”, en el que el Estado legítimo, fundado en la ley y la constitución, está flanqueado por un Estado discrecional que sólo está formalizado parcialmente y la unidad de la máquina política es, por tanto, sólo aparente. El Estado administrativo en el que se han deslizado más o menos conscientemente las democracias parlamentarias europeas no es, en este sentido, técnicamente más que un descendiente del modelo nazi-fascista, en el que los órganos discrecionales ajenos a los poderes constitucionales se sitúan junto a los del Estado parlamentario, vaciado progresivamente de sus funciones. Y es ciertamente singular que una separación de reinado y gobierno se haya manifestado hoy incluso en la cúspide de la Iglesia romana, en la que un pontífice, viéndose incapaz de gobernar, ha depuesto espontáneamente la cura et administratio generalis, conservando su dignitas.

Giorgio Agamben / Las dos caras del poder 2: política y economía

Filosofía, Política

Es bien conocida la frase lapidaria que pronunció Napoleón al reunirse con Goethe en Erfurt en octubre de 1808: Le destin c’est la politique: “el destino es la política”. Esta afirmación, perfectamente inteligible en su momento, aunque aparentemente revolucionaria, ha perdido totalmente su sentido para nosotros hoy. Ya no sabemos lo que significa el término “política”, y mucho menos soñamos con ver en ella nuestro destino. El destino es la economía” es más bien el estribillo que los hombres llamados “políticos” nos repiten desde hace décadas. Y, sin embargo, no sólo no renuncian a llamarse a sí mismos tales, sino que los “políticos” siguen llamándose a sí mismos los partidos a los que pertenecen y los “políticos” se declaran a sí mismos las coaliciones que forman en los gobiernos y las decisiones que no cesan de tomar.

Giorgio Agamben / Nustérze o poscrà

Filosofía, Política

“No creo en el mañana, quizá en pasado mañana”, escribió Joseph Roth. ¿En qué creo yo? Ni en el mañana, ni en el pasado mañana -quizá en poscrà o pescridde, como creo que se dice en apulense el día después de pasado mañana. Pero en verdad creo más bien en nustérze (en el anteayer) o en el día anterior al anteayer. Es la comprensión y el conocimiento del pasado lo que falta hoy en día, y no sólo para los más jóvenes. Pero es quizá el tiempo lo que falta, en todos sus éxtasis y formas, porque el futuro que lo ha devorado está vacío y ya nadie cree en él, mientras que el presente es por definición invivible. El tiempo que necesitamos, sin embargo, no es nada de eso: es el aion o eón, que los antiguos representaban como un joven con alas en los pies posado sobre una rueda, al que sólo puede asir una brizna frente a su frente -la ocasión- y, si la dejas pasar, estás perdido para siempre.

Giorgio Agamben / El lugar de la política

Filosofía, Política

Las fuerzas que empujaban hacia una unidad política mundial parecían tanto más fuertes que las dirigidas hacia una unidad política más limitada, como la europea, que se podía escribir que la unidad de Europa sólo podía ser “un producto secundario, por no decir un residuo En realidad, las fuerzas que impulsaban la unidad resultaron ser tan insuficientes para el planeta como para Europa. Si la unidad europea, para dar lugar a una verdadera asamblea constituyente, habría presupuesto algo así como un “patriotismo europeo”, que no existía en ninguna parte (y la primera consecuencia fue el fracaso de los referendos para aprobar la llamada constitución europea, que, desde el punto de vista jurídico, no es una constitución, sino sólo un acuerdo entre Estados), la unidad política del planeta presuponía un “patriotismo de la especie y o del género humano” aún más difícil de encontrar. Como bien ha señalado Gilson, una sociedad de sociedades políticas no puede ser en sí misma política, sino que necesita un principio metapolítico, como lo ha sido la religión, al menos en el pasado.

Giorgio Agamben / La técnica y el gobierno

Filosofía, Política

Algunas de las mentes más agudas del siglo XX coincidieron en identificar el reto político de nuestro tiempo con la capacidad de gobernar el desarrollo tecnológico. “La cuestión decisiva”, se ha escrito, “es hoy cómo un sistema político, cualquiera que sea, puede adaptarse a la era de la tecnología. No conozco la respuesta a esta pregunta. No estoy convencido de que sea la democracia”. Otros han comparado el control de la tecnología con la empresa de un nuevo Hércules: “quienes consigan someter la tecnología que ha escapado a todo control y ponerla en un orden concreto habrán respondido a los problemas del presente mucho más que quienes intenten alunizar o aterrizar en Marte con los medios de la técnica”.