Aldo Bombardiere Castro / (Des)fascistización: sensibilidad, captura y resplandores

Estética, Filosofía, Política

Evocación

En el número 141 de Ciudad de los Césares -revista estrechamente vinculada con cierta corriente mística del fascismo histórico- figura una entrevista realizada a Jaqueline de Roux, esposa y editora del novelista y cronista y editor francés Dominique de Roux, a cargo de Frederic Andreu. En ésta se recorren testimonios de vida acerca de los tiempos en los cuales el matrimonio, habiendo fundado la editorial Cahiers de l´Herne, primero, y los Dossiers H, después, difundieron en la Francia de los años 60 las obras de autores como Julius Evola, Ernst Jünger, Louis-Ferdinand Celine, Giuseppe Ungaretti, Jorge Luis Borges y Ezra Pound, entre otros.

A poco andar, la entrevista pasa a ser una reseña y, casi inmediatamente después, una conversación poética. Al interior de una atmósfera mística, casi sagrada, y al mismo tiempo de enorme familiaridad, Jacqueline de Roux refiere a su marido de manera sentida, pero reposada, dejando aflorar ese tono de elegíaca paz cuya manifestación sólo podemos experimentar en compañía de nuestras más hondas certidumbres.

Giorgio Agamben / El Estado y la guerra

Filosofía, Política

Lo que llamamos Estado es, en última instancia, una máquina para hacer guerras y, tarde o temprano, esta vocación constitutiva acaba emergiendo más allá de todos los objetivos más o menos edificantes que pueda fijarse para justificar su existencia. Esto es especialmente evidente hoy en día. Netanyahu, Zelensky y los gobiernos europeos persiguen a toda costa una política de guerra para la que sin duda se pueden identificar objetivos y justificaciones, pero cuyo motivo último es inconsciente y se basa en la propia naturaleza del Estado como máquina de guerra. Esto explica por qué la guerra, como es evidente para Zelensky y para Europa, pero también en el caso de Israel, se persigue incluso a costa de enfrentarse a su propia posible autodestrucción. Y es vano esperar que una máquina de guerra pueda detenerse ante este riesgo. Seguirá adelante hasta el final, sea cual sea el precio que tenga que pagar.

Giorgio Agamben / El fin de Ucrania

Filosofía, Política

La guerra en Ucrania está llegando a su fin y, sea cual sea su desenlace, coincidirá con la desaparición de la «antigua República Socialista Soviética de Ucrania» (antes de la cual nunca había existido un Estado ucraniano y conviene recordar que Crimea, que Zelensky no deja de reclamar, fue unida a la República Soviética Ucraniana solo en 1954 por Jruschov y, según el censo de ese año, estaba poblada en un 72% por rusos). Como no ha dejado de repetir la clase dirigente europea: estaremos con Ucrania hasta el final. Pero este final no podrá sino implicar también el destino de Europa. ¿Qué hará y qué dirá Europa cuando el fin de Ucrania, al que ha contribuido a convertir en catastrófico, sea un hecho consumado? Según las previsiones de los observadores políticos más perspicaces, es probable que también se ponga en tela de juicio la identidad de la actual comunidad europea, que no tiene otra realidad jurídica que la de un acuerdo internacional entre Estados. Y esta es la única consecuencia positiva que podemos esperar de la guerra en Ucrania, que, por lo demás, como todas las guerras, es desastrosa.

Entrevista a Gerardo Muñoz / Sobre La fisura posthegemónica

Filosofía, Política

En Ficción de la razón, conversamos con Gerardo Muñoz que acaba de publicar el libro La fisura posthegemónica en la casa editorial DobleAEditores.

Ficción de la razón: Gerardo, la primera cuestión interesante es obviamente el título del libro. La fisura post-hegemónica nos plantea dos conceptos que no necesariamente son conocidos por todos. El primero obviamente es el de lo post-hegemónico. ¿Qué es lo post-hegemónico? Una vez pensado eso, ¿por qué lo post-hegemónico crea una fisura?

Gerardo Muñoz: Primero que todo agradezco estas preguntas en torno a La fisura posthegemónica, que acaba de salir por DobleAEditores y que en realidad debió haber aparecido hace un par de años, pero que por razones varias se fue dilatando. Desde luego, dado que se trata de una intervención teórica en torno a la estructuración epocal estos marcadores temporales no perturban la lectura ni altera el menú de las cuestiones. El hilo que recorre el libro es justamente la condición fáctica posthegemónica de nuestro presente en el sentido fuerte del término; a saber, que los presupuestos que orientan la legitimidad de la política moderna ya no pueden sostenerse mediante principios de estabilización del orden de la representación. En este sentido, las categorías que orientaron a la modernidad política (representación, autonomía civil, ciudadanía, forma estatal, soberanía, positivismo jurídico) ahora solo aparecen de una forma desvirtuada, y tan rota como los juguetes infantiles en el salón de una guardería. Por un lado, entonces, la posthegemónica es un registro de comprensión de lo que un amigo ha llamado la fragmentación del mundo que torna imposible la organización autorregulada y legítima de los archein.

Rodrigo Karmy Bolton / Derecho al retorno

Filosofía, Política

Quizás, no haya reivindicación más decisiva en la historia del movimiento nacional palestino que la del derecho al retorno. Pero en las actuales circunstancias, en las que Palestina deviene la verdad del mundo en que vivimos y la nakba no es solo la marca del genocidio sionista que ya cursa casi 80 años sino la catástrofe global por la que la escena liberal muta hacia la movilización fascista, el problema del retorno tiene que ser visto como la apuesta con la que se mide toda sublevación.

No se trata de un “retorno” hacia un origen más auténtico que habría sido dejado atrás, una esencia que, invariante, espera silente nuestro regreso. Más bien, “retorno” puede designar, tal como lo marca la resistencia palestina, un retorno a la Tierra de la que hemos sido despojados. Incluso, el retorno de la Tierra y su poética frente al colapso del territorio y su régimen de equivalencia general.

Mauro Salazar J. / Decaro-Piazzolla. Zona de vanguardias

Estética, Filosofía, Política

Hacia 1880 Buenos Aires -año de la federalización- se comenzaba a comportar como la capital legal de la Confederación. Una ciudad cosmopolita, de incipiente aspecto europeo y cercada por un cinturón malviviente. Argentina se encontraba al servicio del mercado transatlántico. El tono que tenía ante el visitante de afuera o de adentro, era la orilla del mundo. Para Il Novecento,la concepción lingüística de los contingentes nómades fue el políglota, no siempre como lunfa-hablante, sino como aquel que se convierte en la condición engañosa de la lengua (mapas alteridad, extrañeidad y extranjeridad).

Bajo este “arco de temporalidad”, la ciudad portuaria fue un suburbio de luces amarillas, matarifes, cuchilleros, proxenetas, delincuentes sicilianos, puñetazos y conventillos que, más vale interrogar, con mal de hipérbole y sensibilidades expresionistas. El puerto, los astilleros y diques, fueron el “cementerio de las naves” que brindaban una “lengua franca” (Arlt). La expansión suburbana fragmentada en una trama aduanera, ensombrecida bajo la ferocidad de Hipólito Yrigoyen (1916-1922) puede ser concebida desde “novela rusa” (“realismo ante hacinamientos, marginalidad y criminalidad”). Las tensiones entre vocabularios policiales y figuras retóricas se entronizaron con los binarismos de la modernidad o tradición, la ciudad o el desierto, aquello que Borges denominó “orilla” para describir el límite entre la ciudad y la pampa. En medio de la brecha entre las planificaciones del Centenario, y el excedente de metáforas, la “deformidad física material [será] la deformación interior” -dice Mirta Arlt en 1964. Entonces, la reapropiación estética de los espacios hizo del suburbio uno de los temas recurrentes de la literatura y las artes plebeyas. Boedo encarnaba la implacable sordidez del arrabal donde los condenados a una vida gris abrazaban la humillación como una forma de autorreconocimiento.