Henri Rousseau fue un simple aduanero francés, si bien pocas cosas son simples en la vida del ser humano. Su llegada a la pintura, como es sabido, es asunto tardío, lo cual asumió como retiro en el domingo de la vida. La serenidad atraviesa todas las telas de Rousseau, incluso aquellas donde se atestigua la violencia, como la enorme “Guerra” (1894), en el que una niña con tupida melena salta por encima de cuerpos desnudos y mutilados. Quizás por eso mismo el follaje rectilíneo y metódico de su pintura tenga algo de primogénito. Llegar tarde a la pintura valida el ocaso del mundo, y por eso mismo el pintor sólo atina a clavar su mirada en las cosas más elementales. Este era el rasgo que apreciaba Carla Lonzi de las telas del pintor: esas figuritas aparentemente extraviadas en el paisaje congelado que dejan entrever lugares de aire familiar: una factoría de mercancías domésticas, un parque cerrado, o una embarcación que descansa en el puente de Charenton. En Rousseau los albures de la cotidianidad no tienen rumbo; se extravían del guion de la historia [1].
Arte
Gerardo Muñoz / Ha pasado un ángel
Arte, FilosofíaEn español existe una expresión maravillosa, ya un poco pasada de moda en nuestros tiempos, para expresar la naturaleza de un silencio repentino: «ha pasado un ángel». La frase se usa comúnmente cuando un silencio se impone en medio de una conversación, lo que provoca incomodidad y vergüenza entre los interlocutores. Es casi como si el ángel invisible le recordara a los humanos que la comunicación se basa tanto en las palabras como en el silencio; y que la sombra del silencio, tarde o temprano, es capaz de interrumpir la práctica comunicativa. Según historiadores y lexicógrafos hispanos, el origen de esta expresión en castellano sigue siendo un enigma, ya que, aunque se usó en la modernidad temprana, no tiene una versión latinizada, y sus orígenes se remontan a la antigüedad griega. De hecho, Plutarco señala en su De garrulitate que siempre que en una conversación se produce silencio se dice que ha entrado Hermes [1]. El ángel, por lo tanto, representa la no presencia del lenguaje en el lenguaje, al igual que el ícono es la sublimación de la presencia en toda representación pictórica.
Dionisio Espejo / Nuestras verdades y las de los otros. De Nietzsche a Derrida
Estética, Filosofía, Política1. Contextos discursivos
El trabajo de la reflexión estética sobre el estatuto de la ficción, especialmente en el ámbito anglosajón, reducen la experiencia artística al marco psicológico. En ese contexto, la verdad se limita a nombrar una relación entre el sujeto, sus emociones y el objeto. De igual forma, todo el problema metafísico suscitado por la ficción artística y su inserción social e histórica se reduce a un compromiso individual. La apariencia y la exterioridad son interiorizadas. Sin embargo, no podemos considerar el concepto de verdad únicamente desde una perspectiva individual y psicológica. Sabemos que la verdad o la mentira solo pueden evaluarse dentro de un determinado marco o contexto social. Ahora bien, considerar que la verdad es una construcción social no implica que cada quien tenga «su verdad». Sí, la verdad es una construcción, pero social, no meramente psicológica, aunque también podamos reconocer que cada psique posee una determinada «voluntad de verdad» (Foucault). Nietzsche nos explica con detalle cómo se fabrica ese consenso que llamamos verdad: su estatuto lingüístico, su carácter conceptual como mera transposición de una serie de impulsos nerviosos y, en definitiva, su origen metafórico. Se trata de un cierto nominalismo nietzscheano, cuyo fundamento genealógico nos sitúa ante una posición originaria del acto de nombrar, que nunca es literal: el nombre nunca es el de la cosa en sí, sino una convención que atribuimos a la cosa.
Gerardo Muñoz / Cézanne, la pintura del ocaso del mundo: Una conversación con T.J. Clark
Arte, Estética, FilosofíaT.J. Clark, profesor emérito de la Universidad de Berkeley y ex integrante del ala británica de la Internacional Situacionista, es indudablemente uno de los historiadores de arte más importantes del último medio siglo. Ha escrito una serie de libros que han transformado los debates en torno al modernismo pictórico, tales como The Painting of Modern Life: Paris in the Art of Manet and his Followers (1984),Farewell to an Idea: Episodes from a History of Modernism (1999), Picasso and Truth: From Cubism to Guernica (2013), y más recientemente Heaven on Earth: Painting and the Life to Come (2018), una colección de ensayos en los que se defiende a la pintura como una forma de imaginar la existencia en un mundo evanescente. Su último libro sobre la pintura de Cézanne, titulado If These Apples Should Fall: Cézanne and the Present (2022), extiende su mirada sobre la complejidad de las antinomias del pintor francés cuyo gesto pictórico abre nuevas posibilidades descriptivas de un mundo sensible de cara a la crisis moderna de la apariencia. En esta monografía se dibuja un Cézanne que constituye un modelo de pensamiento ante el abismo de nuestra época. La conversación a continuación con Clark recorre la compleja escena pictórica de Cézanne que hoy, más que nunca, sigue interrogando al presente.
Mauro Salazar J. / Richard. ¿Humanismo Crítico? Último pliegue
Estética, Filosofía, PolíticaEn el contexto del próximo Premio Nacional 2025, habría que descifrar los trayectos (densidad crítico-inventiva) que implica la postulación de Nelly Richard. Nuestro afán no busca una sinopsis de una obra de más de cuatro décadas, y no solo por su relevancia en el concierto local e internacional, sino por posibles omisiones al fragmento en una obra de minoridad.
Ya en Márgenes e Instituciones (1986), Richard establece una crítica a las prácticas de la representación –Escena de avanzada– imputando el duelo entre arte y pueblo. Las poéticas de la donación no son aquí pensadas como instauración, sino como herramienta derogante del lenguaje cotidiano siniestrado por los gravámenes de la dominación. Una escritura transitada -extramuros- por el desasosiego capaz de interrogar las estéticas del marco, la monumentalidad del “arte militante”, y librarse a la circulación de despistes y disyunciones para instruir un deseo de presente. Ensambles entre artes visuales (crítica, poética y narrativa) en interacción crítico-efusiva al canon y una polémica en torno a la relación entre vanguardia y modernización bajo estado de excepción. Cuerpo Correccional (1980), cual precedente al inscribir la desencialización sexo-genérica del binomio masculino/femenino. Residuos y Metáforas (1998) donde cultiva una crítica a las postales de la transición y su vocación de acuerdos enfermizos (“civiles y militares”). Una textualidad que ha interrogado los signos del fatigado realismo post-transicional y las ciencias sociales adaptativas.
Aldo Bombardiere Castro / Para escribir y resistir con el cuerpo. Janet Toro: tres escenas y una crónica
Arte, Estética, Filosofía, PolíticaPreludio
No quiero escribir esto. Me gustaría tener el ánimo suficiente, un mínimo de alegría capaz de brindar el latido más enérgico a mis arterias, pero, la verdad, no quiero escribir esto. Quisiera poder escribir con el cuerpo: no tener que escribir esto.
Creo que en la conferencia titulada Literatura + Enfermedad = Enfermedad, contenida en el libro póstumo El gaucho insufrible (2003), Roberto Bolaño señala que cuando la melancolía o la angustia nos invade, y ya no hay ganas de escribir ni ganas de follar, entonces sólo nos queda viajar.
Al final, viajar no es tan distinto de escribir ni de follar, y, tal vez, sólo en virtud de tal semejanza, la acción de viajar comparte con los otros dos la cualidad de producir una suerte de transitorio antídoto o antidepresivo contra la locura, contra la muerte y, sobre todo, contra el tedio, esa reseca desolación del alma ya desprovista de la tenue belleza que porta la melancolía.
