Este otoño de 2025 hemos podido asistir a la publicación de La fisura posthegemónica (DobleAEditores, 2025) de Gerardo Muñoz. Un libro que a todas luces busca generar una grieta en el seno del escenario político contemporáneo. O, más bien, devela la grieta constitutiva a todo intento por edificar nuevas arquitectónicas políticas y hegemónicas, señalando muy hábilmente su desfondamiento e inviabilidad. Es precisamente ésta la riqueza que nos ofrece La fisura. Nos advierte sobre la descomposición de la civilización occidental y discute con aquellos sectores de la política y el pensamiento contemporáneo que se esmeran en limpiar una casa que se cae a pedazos.
Podríamos decir con Muñoz que vivimos en una época de ‘curiosas inversiones’: la época de los movimientos inmóviles, donde “la extensión del movimiento de todas las cosas esconde un motor inmóvil originario». (Muñoz, 13) En esta dirección la mirada de Muñoz no solo refresca la crítica sobre el agotamiento de la gramática política hegemónica y los proyectos progresistas —tanto en Latinoamérica, con la Marea Rosa, como también la experiencia de Podemos, en España. Sino que nos invita a transitar hacia un habitar otro; asumiendo como condición necesaria del mismo la radical imposibilidad de organizar la vida en base a la legitimidad de la política moderna y los archein o principios de estabilización del orden de la representación y la forma como mediación.
